Ante la posibilidad de una recesión económica en 2023 y la actual inflación, causadas en parte por la guerra de Rusia en Ucrania, la Secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, declaró que poner fin al conflicto sería “lo mejor que podemos hacer para la economía mundial”.
Ciudad de México, 24 de diciembre (SinEmbargo/AssociatedPress).– Una parte del mundo ha estado este 2022 en una guerra que hasta la Navidad apagó en algunos sitios. En ciudades de Europa, funcionarios enfrentan una dualidad porque los precios de la energía han aumentado por la guerra de Rusia en Ucrania. O atenúan las luces navideñas para enviar un mensaje de conservación de energía y solidaridad con los ciudadanos restringidos por los altos recibos de servicios y la inflación, o iluminan las ciudades como señal de resistencia al frío invierno sin el suficiente suministro de gas ruso.
“La guerra y la presión energética es una realidad. Nadie saldrá lastimado con un poco menos de iluminación este año”, dijo a la agencia AP en vísperas navideñas, Marie Breguet de 26 años, quien paseaba en calles de París.
Durante la primera nevada en Kiev, el 17 de noviembre, las sirenas antiaéreas sonaron en toda Ucrania a primera hora ante el temor de que Moscú pudiese lanzar otro ataque a gran escala con misiles en una guerra que este 24 de diciembre cumple diez meses.
Aquel 24 de febrero, en medio de tensiones por el avance de la OTAN en regiones con interés ruso, el Presidente Vladimir Putin dio luz verde a la invasión militar por tierra, aire y mar en Ucrania, lo que ha ocasionado miles de muertos y, miles y miles de refugiados, incluso en México.
A manera de presión a Europa, que mostró apoyo a Ucrania y a la OTAN, Putin anunció la reducción del suministro de gas al viejo continente, que es altamente dependiente a sus exportaciones, a través del gasoducto Nord Stream que se ubica en Alemania.
De acuerdo con datos de la Comisión Europea, la disminución del suministro energético ruso pasó del 45 por ciento de las importaciones de gas el año pasado a tan solo el 14 por ciento en septiembre de 2022.
Pero Armando Negrete, académico del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, recordó que la crisis energética y el alza inflacionaria mundial venían desde la pandemia y, la transición energética y el conflicto geopolítico empeoró el panorama.
“Es un detonante en el alza de precios, pero no comenzó con el conflicto ruso. El índice de precios de los commodities (petróleo, gas) muestra que la subida comenzó desde la crisis de la COVID-19 y por la carrera en la transición energética por el cambio climático”, dijo.
En el caso específico de México, planteó que las afectaciones han sido indirectas (como el alza en el precio de fertilizantes) porque nuestro principal socio comercial es Estados Unidos y entre Rusia y Ucrania (exportadores de petróleo, gas, cereales y minería, respectivamente) no suman más de 2 por ciento del PIB mundial frente al 23 por ciento estadounidense.
DIVERSIFICAR RUMBO A 2023
La Unión Europea lleva este año buscando socios como Israel o Egipto para diversificar los suministros energéticos y garantizar importaciones de gas. También ha adoptado el Plan Europeo de Reducción de la Demanda de Gas para reducir la demanda en un 15 por ciento por estado; pasar a combustibles alternativos y reducir la calefacción y la refrigeración, y está tratando de acordar un límite de precio al gas.
Pero ante la posibilidad de una recesión económica en 2023 y la subida de tasas de interés para intentar controlar la inflación causada en parte por la guerra, la Secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, declaró que poner fin al conflicto geopolítico sería “lo mejor que podemos hacer para la economía mundial”.
Además de generar una crisis energética, la guerra ha repercutido en la seguridad alimentaria de todo el mundo a medida que las cadenas de suministro de granos, fertilizantes y combustibles se han trabado, lo que –sumado a la pandemia– ha provocado la subida de los precios.
“La brutal guerra de Rusia en Ucrania está creando crisis alimentarias y energéticas. Está trabando las cadenas de suministro y encareciendo los costos de vida. Hay familias que temen no tener qué comer o no tener calefacción durante el invierno”, declaró el Primer ministro canadiense, Justin Trudeau, durante la cumbre del G20 a la que no acudió Putin.
Y para el invierno de 2023 el panorama podría empeorar si Rusia decide cortar el 100 por ciento del suministro de gas a través del gasoducto que arriba a Alemania, según prevé la Agencia Internacional de Energía (AIE).
“Es posible que muchas de las circunstancias que permitieron a los países de la Unión Europea llenar sus almacenes antes de este invierno no se repitan en 2023. El nuevo análisis muestra que es vital un mayor impulso en la eficiencia energética, las energías renovables y otras acciones de ahorro de energía para evitar el riesgo de escasez y nuevos picos de precios altos el próximo año”, dijo su director Fatih Birol.
Los analistas de energía dicen que la crisis energética global provocada por la invasión rusa a Ucrania y las crecientes amenazas climáticas, como las desastrosas inundaciones en Pakistán, han acelerado las políticas a favor de la energía limpia y las grandes inversiones que se necesitan en todo el mundo para la transición a la energía renovable, especialmente la eólica y solar.
Una de las empresas de energía renovable más grandes de India, Renew Power, que tiene más de 100 proyectos de energía limpia y se ha convertido en la décima compañía de energía solar y eólica más grande del mundo, estará entre las corporaciones grandes y pequeñas que esperan recibir una parte de un presupuesto gubernamental equivalente a 2 mil 600 millones de dólares para fomentar la fabricación nacional de los componentes necesarios para producir electricidad de la luz solar.
“Desde una perspectiva energética, 2022 será un año clave. Por primera vez, tenemos pruebas perceptibles de que la demanda de combustibles fósiles después de 200 años de crecimiento alcanzó un pico en 2019 y ahora nos encontramos en una meseta antes de una baja inevitable”, aseguró a AP Kingsmill Bond, estratega de energía del Rocky Mountain Institute (RMI), un grupo sin fines de lucro que promueve la energía limpia.
La repentina falta de acceso a los combustibles fósiles y las crisis en la cadena de suministro fueron otras razones clave de la decisiva inclinación hacia energías más limpias.
La invasión rusa “tuvo el efecto de hacer evidente que la energía limpia es la solución”, afirmó Lauri Myllyvirta, analista principal del Centre for Research on Energy and Clean Air (Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio, un centro de investigación sin fines de lucro que estudia la energía y la contaminación atmosférica).